viernes, 2 de diciembre de 2016

Huertos educativos ecológicos

El pasado 25 de noviembre asistí a la Jornada de Huertos Educativos y Compartidos III Premio de Huertos Educativos Ecológicos que se celebró un la ETSI Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (UPM).
La jornada estaba organizada por FUNDACIÓN TRIODOS y VIDA SANA, y se realiza para compartir experiencias sobre la eficacia del huerto ecológico como base para una educación interdisciplinar y en valores. En su intervención inicial los organizadores nos decían que “Cultivar la tierra, es cultivar la ética” y que este premio pretende aunar 3 ámbitos: la agricultura, la educación y la economía. “El objetivo es pues, un huerto en cada colegio”

Me interesaba sobre todo el planteamiento del huerto ecológico como espacio de aprendizaje y de creación de comunidades clave para fomentar una sociedad más humana y respetuosa con la naturaleza.
La jornada fue una experiencia de intercambio de saberes y prácticas, dificultades y éxitos, que intentaré resumir en algunas menciones de lo que más me llamó la atención.

El panel de experiencias de huertos educativos y compartidos estaba conformado por:
  • José Carlos Tobalina, experto en Educación Infantil y Ambiental, para hablar sobre “El Huerto escolar: una puerta a una nueva alfabetización”.
  • Rafael Ruiz, jefe del departamento de Educación Ambiental del Ayuntamiento de Madrid, con el “Programa municipal de huertos escolares y comunitarios”
  • David Pereira, profesor titular de la Universidad Politécnica de Madrid, que habló sobre “Cubiertas verdes en el barrio de Orcasur, un proyecto de la Fundación Tomillo con la itd UPM”.


Me gustó mucho la intervención de José Carlos Tobalina, que tiene una larga trayectoria en educación infantil y ambiental, y en renovación pedagógica (es miembro del movimiento Acción Educativa). Nos invitaba a reflexionar sobre el discurso antroponcentrista sobre el que estamos basando nuestro modelo de crecimiento y nos lanzaba la siguiente pregunta: frente a esta realidad ¿Qué puede hacer la escuela?

La escuela puede salir al entorno natural, impulsar experiencias dentro del centro educativo que nos acerquen a la naturaleza, empezar el Cole por el patio, se trata en todo caso, nos decía, de recuperar el espacio exterior como espacio educativo. El huerto puede abrir la puerta a una nueva alfabetización por dos razones: una ecológica (nos ayuda a desarrollar mecanismos de cuidado y contacto con la tierra) y otra pedagógica (la pregunta es el motor y el huerto invita al ensayo constante, la cosecha como éxito)
El huerto es:
  • Colaboración.
  • Un elemento globalizador.
  • Nos permite recuperar saberes perdidos que la escuela puede ayudar a recuperar.
  • Es un espacio de encuentro.
Hoy en día, en la escuela celebramos Halloween y desterramos costumbres locales que nos conectan con la tierra: la cosecha del membrillo, el otoño, la fiesta de la castaña.


Como retos actuales, José Carlos señalaba la falta de sentido para detectar la escuela que necesitamos (hoy en día se prioriza el inglés y las tic´s en detrimento de otros saberes), la concepción de la escuela como un coto cerrado y la necesidad de identificar quién debe repensar la escuela (que a su juicio no son los expertos, sino toda la comunidad educativa).

Rafael Ruiz, nos habló del programa municipal de huertos escolares y comunitarios del Ayuntamiento de Madrid (toda la información se puede ver en: Huertos ecológicos Madrid) y la relacionada con la implantación de huertos ecológicos en centros escolares se puede seguir en este blog: Huertos escolares ecológicos) Me llamó la atención el programa “Educar hoy por un Madrid más sostenible” que se impulsará a partir de 2017 y que tiene como objetivo ambientalizar los centros educativos.



La tercera intervención fue la de David Pereira, que habló sobre la importancia de los aspectos sociales en el desarrollo de la agricultura urbana “Proyecto Barrios Sostenibles de Orcasur”  http://barriossostenibles.org/) ya que a partir de acciones formativas se puede reducir la vulnerabilidad de muchos colectivos.

La parte más esperada fue la de las experiencias objeto de reconocimiento, sobre todo porque contaban los inicios de los proyectos, que sabemos que no siempre son fáciles.  

El C.E.I.P. Bartolomé Nicolau de Talavera de la Reina, fue merecedor de un accésit y nos contaron como su proyecto de huerto comenzó con diez neumáticos en un patio pobre, gracias al apoyo del “Club de familias de la naturaleza” para poner en marcha el huerto.




Otro de los accésit fue para el I.E.S. Albert Einsten de Sevilla, que comenzó hace 3 años con su huerto escolar, que formaba parte de un proyecto de compensación educativa. Con el huerto han logrado la regeneración de espacios yermos y baldíos, fomentando el trabajo cooperativo, el aprendizaje científico en el ámbito y científico tecnológico, y además, sirviendo el huerto como un banco de alimentos para muchas familias del alumnado golpeadas por la crisis. En este centro han trabajado parcelas diferenciadas y tienen por ejemplo, un “Jardín de la Esperanza” de plantas aromáticas, dedicado a todas las mujeres víctimas de la violencia de género, donde han introducido un mural que está integrado en el huerto. Otra parcela la han llamado “Un espacio para la paz medioambiental” dedicada al pueblo saharaui. Más información en: Huerto Albert Einstein
  
El Colegio Rural Agrupado la Albada, de Zaragoza, fue galardonado con el Primer premio en Educación Infantil y Primaria por su experiencia de huerto escolar con alumnado de educación infantil. El huerto es una herramienta muy útil en el trabajo educativo por proyectos que permite a los niños y niñas “aprender haciendo”. El proyecto empezó en una tapia y gracias al trabajo en equipo, y la implicación de muchas personas, es ahora un vergel. La memoria del proyecto se puede ver aquí: http://huertoseducativos.org/wp-content/uploads/2016/10/018-CRA-LAlbada.pdf

El I.E.S. Joaquín Romero Murube de Sevilla, obtuvo el primer premio en Educación Secundaria. Nos contaron su experiencia del huerto como herramienta de transformación social. Enclavado en lo que conocemos como las 3000 viviendas de Sevilla, en un entorno castigado por el paro y las desigualdades, el proyecto ha supuesto una oportunidad para el trabajo colaborativo. El huerto nació en el curso 2010-2011, por parte de un grupo de profesores que decidieron poner en marcha el huerto ecológico (El huerto del Murube) La formación del profesorado ha sido clave para impulsar el proyecto, de esta manera: “El huerto empezó a caminar y nosotros aprendimos que…antes de sembrar hay que semillar, después de cosechar, semillas cogerás”.
Al final del curso hacen la fiesta de la cosecha, y actualmente han extendido el huerto a familias del barrio que estás cultivando dentro de las instalaciones del centro.

El grupo de música “Poetas sureños” que son antiguos alumnos del centro han compuesto una canción dedicada al huerto en donde se da difusión al proyecto: https://www.youtube.com/watch?v=HkWYtbT8edY. También han recibido el premio de Comunicación Sin Fronteras por el proyecto de huertos escolares (http://www.20minutos.es/noticia/2614872/0/premio-comunicacion-sin-fronteras-para-proyecto-huertos-escolares-ies-romero-murube-poligono-sur/)
Por último, en el primer premio en la categoría de Agricultura Social, fue para el “Proyecto de inserción laboral en un campo de agricultura ecológica” (CUINA JUSTA) de la Fundación Cassià Just de Saint Boi de Llobregat, una empresa de economía social que trabaja la inserción laboral de personas con problemas de salud mental. A partir de los alimentos se encargan de cuidar la salud y a las personas, elaborando la comida que luego llevarán a las escuelas. El proyecto además contempla un espacio de convivencia entre todos los participantes, fomentando el acercamiento.  En este reportaje puedes conocer un poco más de su trabajo: http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-ong-fundacion-cassia-just/1235595/


Como conclusión, creo que el huerto escolar es una experiencia enriquecedora en todos los aspectos, genera ilusión y fomenta el trabajo colaborativo, permite una conexión con el entorno y la naturaleza, promoviendo actitudes y valores de conservación.
De lo que pude percibir en esta jornada, todas estas experiencias estaban lideradas por algún educador/a que ponía la ilusión necesaria para que el proyecto echara a andar, luego esa ilusión se iba contagiando y se generaba la implicación del resto de la comunidad educativa.

Además, es importante que iniciativas como estas, promovidas por la banca ética, sirvan para fomentar proyectos de transformación social. 

“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas,
puede cambiar el mundo”
Eduardo Galeano

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