Esta mañana Violeta y yo hemos participado en una actividad organizada
por la Academia
Nuevo Arte y la Huerta Peñafiel de Aranjuez llamada “Niños con raíces”. Era
una actividad para la creación de hoteles para abejas silvestres en la que
niños y adultos reflexionamos sobre la importancia de las abejas, con la intervención de apicultores y productores de la zona.
Una actividad que tiene lugar precisamente en la semana en
la que hemos celebrado el Día Mundial de la Biodiversidad (el 22 de mayo), un
día que fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas para
"informar y concienciar a la población y a los Estados sobre las
cuestiones relativas a la biodiversidad". La fecha se eligió por coincidir
con el aniversario de la aprobación del Convenio sobre la Diversidad Biológica,
firmado en 1992.
Existe una preocupación mundial por el declive de las
poblaciones de abejas, una especie que se enfrenta a múltiples amenazas que van
desde la destrucción de su hábitat, el uso abusivo de pesticidas y fenómenos globales
como el cambio climático.
Las abejas tienen un papel muy importante para la
preservación de la biodiversidad, ya que la polinización de las flores es vital
para nuestra alimentación y para la biodiversidad, tal y como advierte Greenpeace.
El nombre de la actividad “Niños con raíces” coincide con algunas
lecturas en las que me he sumergido recientemente, Los
últimos niños en el bosque, de Richard Louv, y Educar en verde de Heike
Freire. Ambos autores coinciden en la necesidad de la conexión de los niños con
la naturaleza.
Dice Louv que “El juego natural fortalece la confianza en
sí mismos y estimula sus sentidos; su conciencia del mundo y de todo lo que se
mueve en él, lo visto y lo no visto” y Freire mencionaba en una entrevista
que "Lo importante en cualquier caso
es acompañarles en el desarrollo de sus conciencia ecológica, partiendo de los
instintos de amor y cuidado al planeta con los que todo niño y niña vienen al
mundo".
Los niños no solamente han participado con entusiasmo en la
actividad, sino que han conocido in situ, una de las actividades con más
tradición de nuestro municipio, la agricultura, con dos de sus productos
emblemáticos: las fresas y
espárragos.
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Luis Miguel Peñafiel, productor de Aranjuez |
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Recorrido por las plantaciones de fresa de Aranjuez |
Ha sido una mañana de aprendizaje, de naturaleza y de niños
con raíces. Una actividad tan necesaria para aprender a valorar lo que tenemos
en nuestro rico entorno.
Por eso creo que esta actividad tiene mucho valor y no
quería dejar pasar la oportunidad de reconocer y dar la enhorabuena por la
iniciativa a la Academia Nuevo Arte y la Huerta Peñafiel de #Aranjuez.